La falta de alimentos y asistencia humanitaria en Gaza, impuesta por Israel, junto con los ataques a civiles e infraestructuras, representa un caso de maltrato hacia los palestinos y podría ser calificado como tortura, según el comité de la ONU encargado de investigar este tipo de delitos. El Comité de la ONU contra la Tortura también señaló en un informe sobre Israel diversas formas de castigo hacia la población civil en los Territorios Palestinos Ocupados y destacó que en los controles de seguridad israelíes se presentaron con frecuencia tratos y violencia. El comité, que evaluó el cumplimiento de Israel con la Convención Internacional contra la Tortura, también destacó que este país implementa una política de tortura y abuso hacia los detenidos, la cual se ha intensificado después de los ataques del 7 de octubre de 2023. Estas acciones podrían ser vistas como crímenes de guerra, crímenes de lesa humanidad y podrían encajar en las conductas que caracterizan el genocidio.
