La separación entre el presidente de Estados Unidos, Donald Trump y Elon Musk crea una situación en la que ambos podrían salir perjudicados: surgen incertidumbres sobre el avance del plan fiscal para Trump y se prevé un efecto económico en el imperio de Musk. Hasta el jueves, Trump y Musk habían trabajado juntos, ya que el empresario había donado más de 250 millones para la reelección del republicano y se referían el uno al otro como «amigos». Sin embargo, la salida de Musk del Departamento de Eficiencia Gubernamental comenzó a generar incertidumbres sobre su relación. Musk aumentó sus críticas hacia el proyecto de ley que Trump describió como «grande y hermoso», el cual busca recortes fiscales. La situación se volvió tensa cuando el cofundador de Tesla acusó al presidente de encubrir la ‘lista de Jeffrey Epstein’, lo que provocó ataques personales. El presidente ha advertido que podría anular los contratos que las empresas de Musk tienen con la Casa Blanca y ha afirmado que no se comunicará con el dueño de X durante un tiempo. Musk insinuó que podría desmantelar la nave espacial SpaceX Dragon de la NASA, pero más tarde se echó atrás. También eliminó el mensaje que vinculaba a Trump con Epstein.
