La preocupación de los aliados de Pedro Sánchez persiste ante la posibilidad de que las repercusiones del caso Koldo sean más significativas, especialmente tras las informaciones que afectan al Gobierno de Navarra. A pesar de esto, el Ejecutivo sostiene que continuará en funciones hasta 2027. El compromiso del presidente de completar la legislatura, a pesar del impacto de la trama de corrupción que ha llevado a la caída del secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán, es el argumento que utilizan los ministros socialistas para mitigar las inquietudes de sus aliados y las críticas de la oposición. El PP está convencido de que podría poner fin a la legislatura. Su líder, Alberto Núñez Feijóo, califica al PSOE como un partido en una «fase de destrucción» y considera que la situación actual es un «volcán» más grande que los «episodios de corrupción» anteriores. Además, el PP ha exigido la dimisión de la presidenta de Navarra, María Chivite y ha pedido elecciones anticipadas en la comunidad foral, tras la renuncia de su segundo al mando en el PSN, Ramón Alzórriz, debido a sus conexiones con Cerdán y las prácticas corruptas en la adjudicación de obras públicas.
El Gobierno insiste en que va a continuar mientras crece la inquietud de sus socios
