El Gobierno de los Países Bajos está finalizando un pacto con Uganda para establecer centros de deportación en el país africano, donde se enviarán a los solicitantes de asilo que hayan sido rechazados. Este plan ha suscitado inquietud política entre la oposición y ha planteado interrogantes legales sobre el cumplimiento de los derechos humanos. El ministro de Asilo y Migración, David van Weel, se muestra optimista respecto a la posibilidad de alcanzar un acuerdo esta semana en Nueva York, durante la Asamblea General de la ONU, con su contraparte ugandés para iniciar lo que el Gobierno llama “centros de retorno”, según informaron fuentes oficiales a la cadena neerlandesa RTL Nieuws.
