Vodafone España pidió a su proveedor, Oysta Spain, pulseras con un nivel de resistencia al agua superior al acordado en el contrato, para prevenir problemas por uso inadecuado de estos dispositivos. Esta solicitud se realizó después de que se evidenciaran problemas al sumergir los dispositivos en el agua por períodos prolongados, según informaron fuentes de la empresa. En el documento de requisitos se especificaba que las pulseras debían contar con un nivel de protección mínimo de IP67, que permite soportar hasta un metro de profundidad durante 30 minutos. Vodafone optó por comunicarse con el proveedor y le pidió un nivel adicional de protección, el IP68, para que los dispositivos pudieran permanecer sumergidos durante más tiempo a una profundidad superior a un metro. Vodafone no ha revelado la cantidad de pulseras solicitadas, pero ha indicado que se trató de una cantidad razonable para reemplazar estos dispositivos en los casos donde se identificó un uso inapropiado.
